El informe, presentado en rueda de prensa en Madrid, analiza el cumplimiento del Acuerdo de Autorregulación, aprobado por el Gobierno y los principales canales de televisión, y en vigor desde hace tres años y medio.Las televisiones siguen emitiendo contenidos inapropiados en la franja horaria infantil, según el séptimo informe de la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) y el Centro Universitario Villanueva.
Los mejores datos son registrados por La 2 y Telemadrid, ambas, televisiones públicas. Cuatro y Antena 3, privadas, han descendido respecto al año pasado
El informe, presentado hoy en rueda de prensa en Madrid, analiza el cumplimiento del Acuerdo de Autorregulación, aprobado por el Gobierno y los principales canales de televisión, y en vigor desde hace tres años y medio.
Muchos niños tienen tal dependencia de la televisión que hasta pueden padecer el síndrome de abstinencia si se ven obligados a pasar tiempo sin mirarla, ya que las imágenes pasan de ser un entretenimiento a convertirse en un sedante necesario para funcionar.
3.La televisión induce a la violencia
Cada vez es mayor la preocupación por las consecuencias de la violencia en los medios de comunicación y sus efectos en los niños. La exposición repetida a la violencia en la televisión es una de las causas del comportamiento agresivo, el crimen y la violencia en la sociedad.
Las imágenes de los primero años de vida, son las representaciones que con más huellas se forman en nuestra mente. Los niños son excelentes imitadores, aprenden a comer, vestirse, utilizar el sanitario e interactuar con los demás. Gracias a que los padres y otras personas constantemente les muestran como se hacen esas cosas, además los niños/as no son especialmente selectivos en lo que imitan (malas palabras, conductas inapropiadas, etc.), a veces parece como si nada escapara a la atención de los niños pequeños, aunque la imitación no es el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños, es el primero y sienta las
bases de aprendizaje futuro. Como los niños imitan permanentemente a la gente que los rodea, es lógico que también imiten a las personas que ven en la televisión o en el cine.
Sin embargo, según Margarita Vinagre Laranjeira, profesora del Departamento de lenguas Aplicadas de la Universidad Antonio de Negrija, la banalización de la violencia en televisión es una realidad y su efecto es devastador en la mente infantil. En gran parte de la programación ya sean películas, dibujos animados o programas de diversa índole, la vida diaria se presenta acompañada de situaciones conflictivas que con frecuencia se resuelven a base de golpes. Los niños aprenden que no hay otra manera de solucionar los problemas que utilizar la violencia, que para ellos se convierte en un recurso normal. Ser amable con los demás es aburrido; lo que ‘mola’ es machacar al vecino y así me convierto en el ‘superhéroe’ de mi grupo de amigos. Los niños se acostumbran a la brutalidad y la interpretan como algo aceptado en nuestra sociedad, cuando nunca lo será.
Cada vez hay más actos de violencia gratuita. La mayoría de estudios confirman que está aumentando el número de escenas con violencia física, psicológica y sexual e las películas y series de televisión. Con mucha frecuencia estas escenas están descontextualizadas y no tiene en cuenta que provocan la corrosión y disolución de los valores sociales y culturales más íntegros de la persona, sobre todo, de los niños/as.
Incluso hay espacios ‘infantiles’ agresivos y violentos que incitan ese tipo de conductas en los menores, y ellos, sin saberlo, creen que son normales y permitidas. Según Germán Casas, psiquiatra infantil, “hay una serie de elementos en los medios de comunicación que han generado problemas en los niños, como la violencia y el sexo. Además, últimamente se han difundido conceptos de belleza corporal y delgadez, aumentando los trastornos alimentarios, como la anorexia infantil”.
La imagen de la sociedad por parte del cine y la televisión está distorsionada. Cine y televisión aportan, códigos de conducta basados en relaciones de poder y conjuntos de valores no siempre compatibles con una sociedad democrática.
Es característico el incremento notable de la violencia en televisión, unido al aumento del tiempo de exposición de niños/as y jóvenes a la televisión, pudiendo dejar marcas con efectos negativos en su proceso de socialización y más en el mundo actual en que la estructura familiar en muchos casos es frágil o inexistente. Así en nuestra sociedad la televisión funciona como un medio que proporciona experiencias y conjuntos de valores de referencia por medio de los cuales el individuo interpreta y organiza la información que tiene sobre la sociedad y es esta información la que le orienta en su vida cotidiana.
Y los niños/as son los más perjudicados. Ellos más que nadie, sufren el impacto de la televisión de tal manera que acaban adoptando pautas de comportamiento y formas de pensar inducidas, en gran parte, por este medio de comunicación.
4. La televisión provoca falta de sueño y bajo rendimiento escolar
El 31,3% de los niños entre 4 y 12 años tienen televisor en sus cuarto.
Un porcentaje elevado de la población infantil pierde horas de sueño a causa de la televisión, se acuestan tarde para ver programas de adultos (la mayoría telebasura) y se levantan temprano para ver los dibujos animados. En consecuencia, nos encontramos con niños irritables y cansados (tanto en casa como en el colegio), que incluso pueden sufrir alteraciones del sueño (insomnio, pesadillas) y nerviosismo. Si a la falta de sueño unimos la pérdida de discernimiento y la apatía intelectual que puede causar la televisión, no es de extrañar que en los últimos años haya un aumento en el porcentaje de fracaso escolar.
5.La televisión induce al sedentarismo y a la obesidad
La cantidad de horas que los niños pasan sentados ante la televisión les impide jugar con los amigos y hacer ejercicio. El sedentarismo favorece la obesidad, agravado por la cantidad de chucherías que toman cuando están viéndola.
6. La televisión provoca atrofia de la actividad intelectual
Los niños que ven mucha televisión, piensan poco sobre lo que ven ya que reciben una gran cantidad de información e imágenes en muy poco tiempo, lo que les impide la asimilación y la reflexión. Además hay una pérdida de discernimiento, ya que en los programas de ficción se desarrolla muy pobremente la realidad. No sólo se presentan distorsionados los conceptos y las situaciones, sino que a menudo la representación de la realidad es claramente falsa (no es de extrañar que tantas relaciones de pareja fracasen hoy en día, cuando hemos crecido desde pequeños con el ideal del amor holiwoodiense, según el cual todo es siempre fácil y romántico si estás enamorado y raras veces hay problemas o se discute). La televisión puede ejercer un efecto profundo sobre la audiencia, mucho mayor si ésta es joven y por tanto ingenua, maleable e inexperta.
7. La televisión provoca falta de comunicación y aislamiento.
La televisión provoca falta de comunicación y aislamientoHoy en día existen muchos factores que implican falta de comunicación con los hijos, pero el uso abusivo de la televisión es un factor importante a tener en cuenta.
En el caso de muchos niños, que pasan muchas horas frente a la televisión, es indudable que les provoca aislamiento y falta de comunicación. La televisión pasiviza, incita a hábitos de consumo, provoca sedentarismo y algo muy importante, limita la interacionan con otros familiares y adultos y más como en el caso de aquellos niños que disponen de ella en su propio cuarto.
La televisión reduce así drásticamente el tiempo de juego solitario o compartido del niño, limita otras experiencias y aprendizajes, la lectura y la comunicación familiar.
Por tanto una pérdida tan importante de oportunidades de interacciones sociales directas, a edades tan tempranas, en las que el niño debería participar activamente, es un dato a tener muy en cuenta para la reflexión, ya que el aprendizaje sobre conductas humanas lo aprende a través de los personajes de la televisión.
Guía para educar los niños a ver la televisión
Para ver la televisión y entenderla, hay que conocerla. Aprende a verla y enseña a tu hijo. Seleccionamos algunas prácticas saludables para aprender a ver la televisión:
- Los padres deben tomar conciencia de que hay contenidos de televisión que pueden ser inadecuados para los niños, y asumir la responsabilidad de elegir los más idóneos para cada edad.
- Es importante ver la televisión con los hijos, y aprovechar el potencial que tienen para crear una comunicación familiar en torno a los programas y sus contenidos.
- Es conveniente explicar al niño la diferencia entre realidad y ficción, vincular los actos a las consecuencias, y contrarrestar todo aquello que atente contra valores elementales.
- Los padres deben controlar el tiempo que los niños ven la televisión, y ser un referente para ellos.
- A veces, no sólo puede ser contraproducente lo que ven los niños, sino lo que ven los niños que ven los padres. Consumir televisión de manera ilimitada y sin críticas, no es el mejor ejemplo.
- Es necesario que padres y profesores conozcan la programación y mantengan una actitud crítica respecto a los programas que promueven estereotipos y modelos sociales inadecuados para los más jóvenes.
- La televisión no es madre ni niñera; se debe evitar la tentación de acudir a ella como única forma de entretenimiento o diversión.
- Antes de encender la tele, es importante saber lo que se va a ver, y no encender la tele para ver lo que hay... Y saber cuándo apagarla.
- Intentemos que la televisión no sea el centro del hogar; no debe ser la única que hable, sino un lugar de encuentro y comunicación del entorno familiar.
- Cuando los niños ven la televisión en su cuarto, disminuye la capacidad de los padres para supervisar los contenidos.
- Los niños deben aprender a ver la publicidad. Son los padres y los educadores los que deben enseñar a los más jóvenes la realidad del mundo comercial.
- La televisión no debe utilizarse nunca como premio o castigo. Al hacerlo, la erigimos en árbitro de la vida familiar y transmitimos al niño una idea equivocada sobre su verdadera entidad.
- Los niños tienen que dormir. La televisión no debe interferir en los horarios de sueño de nuestros hijos en los que, además, se concentran los contenidos menos indicados.
- Se deben buscar puentes entre la televisión y la escuela: recuperar la educación audiovisual y elaborar materiales didácticos para hacer de la televisión una fuente de conocimiento.
- El niño vive en un entorno audiovisual que puede ser determinante en su formación. Y hay que aprender a utilizar el enorme potencial que tiene la televisión para la educación o entretenimiento de nuestros hijos.
Veríamos mejor la televisión si …
...aprovecháramos sus posibilidades de comunicación y socialización, en la familia y en la escuela.
... se diferencian claramente los contenidos de la publicidad.
... las instituciones se dotaran de organismos de vigilancia y control de la formativa existente sobre televisión.
... desde todas las instituciones se promoviera más la formación audiovisual de padres, niños y profesores.
... no utilizáramos la televisión como madre o niñera.
... fuéramos capaces de seleccionar los contenidos de acuerdo a nuestros intereses y valores.
... aprendemos a utilizara el enorme potencial que tiene para la educación o entretenimiento de los niños.
Resumen de la conferencia "Televisión: ¿Instruye o Destruye?. Por D. Joaquín Arozamena, Periodista, escritor y experto en comunicación.
La Academia Americana de Pediatría brinda una serie de consejos para que los padres aprendan a controlar la relación entre la televisión y los niños.
- Ponga límites a la cantidad de tiempo que el niño pasa frente al televisor. Lo recomendable es una o dos horas diarias.
- Planifique con su hijo los programas que quiera ver y elíjalos.
- Conozca el contenido de los programas que ve su hijo y mantenga una supervisión constante.
- No le permita ver televisión durante las comidas. Es mejor fomentar la comunicación familiar.
- Saque el televisor del cuarto del niño.
- Incite a su hijo a leer, en vez de mirar televisión.
- Predique con el ejemplo y también reduzca sus horas frente al televisor.
- Entérese de los programas educativos que dan en los canales de televisión; así sabrá cuáles son los más adecuados para su hijo.
3 CONSEJOS FINALES
1.
Limitar las horas que nuestros hijos/as pasan frente a la televisión. No pueden ver cualquier cosa ni a cualquier hora porque debemos progerles frente a la mala educación que pueden obtener frente a la televisión y salvaguardar su salud física y psicológica.
Principalmente tienen que tener tiempo para sus tareas escolares, para la lectura y por su puesto para el juego, nada asociado con la televisión u otras maquinas a las que tanto se aficionan y que también son dañinas cuando se exceden en sus juegos.
El tiempo que los expertos aconsejan para ver la televisión, en niños/as entre 7 u 8 años, por ejemplo no sea más de 1 hora diaria. También es muy importante que su lugar de trabajo, donde hace sus tareas y de ocio, normalmente en su habitación, no tenga televisión o un ordenador con posibilidad de poder verla.
2.Compartir las horas de las comidas con nuestros/as hijos/as, si no es posible en la comida, en la cena, pero mantener apagada la televisión para fomentar la comunicación, evitar el nerviosismo que algunos programas generan. Además de que evitaremos que asocien ver la televisión con comer. Si estamos comiendo, tenemos que darnos cuentada de lo que estamos comiendo, si vemos la tele....no somos conscientes realmente de lo que comemos, incluso el mismo nerviosismo que genera la televisión puede provocar más ganas de comer. En muchos/as niños/as, con problema de obesidad, puede ser un gran problema. Existen ya estudios que demuestran la asociación entre obesidad infantil y televisión.
3. Que ellos mismos apaguen la televisión. Para educar en la responsabilidad y en el autocontrol, podemos hablar con nuestros/as hijos/as para que una vez hayan visto la televisión, el tiempo estipulado, o ese programa que les gusta ver, y damos por válido para que lo vea, es muy importante que apaguen la televisión por propia voluntad. Sin conflictos de ningún tipo. Si no se les ocurre nada a qué jugar proponerles alternativas, lectura u otras y por supuesto dedicarles un tiempo de juego y atención exclusiva diaria para motivarles. Puede ser un tiempo de juego compartido o realizar cualquier otra actividad que les guste realizar con nosotras/os.
4. Educar con el ejemplo.
Los padres deben incentivar al niño a realizar actividades lúdicas para alejarlo de la televisión, como la lectura y los deportes. Con ello, estimularán su desarrollo motor. La mejor forma de hacerlo es dando ejemplo y para eso se deben evitar hábitos como ver televisión mientras se come o antes de dormir.
Esencialmente, se debe eliminar la televisión de las actividades sociales de la familia y abrir espacios para actividades como la lectura.
Debemos recordar padres y madres, que no debemos bajar la guardia por las posibles repercusiones que pueda ocasionar en la salud de nuestros/as hijos/as, el mal uso de la televisión.