DAR Y RECIBIR

Sobre la necesidad de recibir

Leyenda personal por Paulo Coelho

He conocido a muchas personas que se preocupan por los otros, que son extremadamente generosas a la hora de dar y que sienten un profundo placer cuando alguien les pide un consejo o un apoyo. Hasta aquí, todo bien: en cambio, he conocido a muy pocas personas capaces de recibir algo, aun cuando les sea dado con amor y generosidad. Parece que el acto de recibir hace que se sientan en un posición inferior, como si depender de otro fuese algo indigno. Piensan: " Si alguien nos está dando algo es porque somos incompetentes para conseguirlo con el propio esfuerzo". O si no: "la persona que me da ahora, un día me lo cobrará con intereses".
o lo que es peor: "Yo no merezco el bien que me quieren hacer".

¿Por qué actuamos así?

Porque nos cuesta entender que este universo está constituido por dos movimientos.
El primero es expansión, el rigor, la disciplina, la conquista; el segundo es la concentración, la meditación, la entrega.
Basta mirar a nuestro corazón ( y no es por casualidad que el corazón siempre fue considerado como símbolo de la vida) para comprender que son las dos energás las que lo hacen latir, contraerse y expandirse al mismo ritmo.
Las numerosas estrellas del cielo están emitiendo luz, pero al mismo tiempo están absorbiendo todo a su alrededor, por aquello que es conocido por los físicos como la fuerza de la gravedad.
Así, los actos de dar y recibir, aun cuando sean aparentemente opuestos, forma parte del mismo y continuo movimiento.